Unas palabras de Alberto Plaza, CEO de SEOVEINTE, resuenan en mi
Hay quien considera que no triunfar es un fracaso, pero el verdadero éxito es confiar en uno mismo, creerse capaz de desarrollar un proyecto y llevarlo hasta el final. Ese es el mejor halago que puedes recibir, el que tú mismo te regalas.
Seguramente muchos nunca habríais pensado que leeríais la siguiente afirmación, quizás yo misma hace unos meses tampoco, pero las crisis traerá algo bueno, aunque sea una sola cosa: cultura emprendedora.
En un primer momento de shock todos caemos en una espiral de negativismo: ¿qué voy a hacer ahora? ¿quién me dará un empleo?¿para qué he estudiado? Pues bien, pasados unos meses y tras superar la depresión inicial, la pregunta debería ser la siguiente ¿por qué no era dueño de mi destino?
Las personas somos valiosas independientemente de si alguien nos quiere en su empresa o no, tenemos aptitudes y capacidad y no necesitamos que nadie nos lo diga, lo sabemos.
Esta etapa de transición puede ser el momento perfecto para cambiar la historia de nuestra vida, y renunciar a un futuro lleno de insatisfacción y frustración laboral.
En 2009, cuando aún había trabajadores a los que encuestar, el 82% de los asalariados españoles afirmaban no sentirse satisfechos con su trabajo actual, según un estudio realizado por el portal de empleo ATO. Además, según se desprende del último Avance del Mercado Laboral (AML) de Afí-Asempleo, uno de cada cuatro ocupados está sobre-cualificado. Y esta cifra no descenderá a corto plazo, ya que el 76% de las personas que buscan empleo en España aspiran a puestos por debajo de su nivel de formación.
El problema que esto acarrea no es solamente económico, sino que merma la autoestima. ¿Y todo por qué? Por no intentarlo por nuestra cuenta. Preferimos pájaro en mano, aunque este esté hambriento y moribundo, que salir a por los cientos que vuelan a nuestro alrededor. Y probablemente la sola aventura de ir a por ellos fuera más estimulante que mirar nuestro raquítico pajarillo enjaulado. Por eso, a todos los que pensáis que no podéis o que el esfuerzo no merece la pena os invito a intentarlo.
Es momento de cambiar pasiva por activa y lo reactivo por lo proactivo y salir a por todas. Y, si Serrat me permite desordenar su canción, quisiera añadir que "prefiero volar a correr, hacer a pensar, querer a poder, ganar a perder y la revolución a las pesadillas. Antes que nada soy partidario de vivir".